Hoy día si no ves series no existes. Estás demodé; y lo sabes… piensa en cuantas conversaciones te pierdes cuando no puedes comentar con los demás la serie de moda, esa que nadie quiere dejar de lado. Está claro: ver series mola más que leer. La cuestión es que a veces siento que perdemos mucha vida delante de la tele. Aunque, por otro lado, existe la creencia extendida de que la televisión te idiotiza, mientras que leer libros te hace más listo… y ante esto, la pregunta, ¿qué es mejor, ver Netflix o leer libros?
La cultura del consumo se basa en el concepto de que hay que dar a la gente justo lo que le gusta, cuestión que las series de televisión han asumido de lleno, convirtiendo el entretenimiento en un fin absoluto. Es norma que los guiones televisivos se adapten a las modas y a aquello que demandan los espectadores, y frente a eso, en el tiempo de la inmediatez, y en el que además, nos gusta tanto procrastinar,
¿Para qué perder el tiempo leyendo un libro, si puedes obtener la misma experiencia (y mucho más rápido) encendiendo una pantalla?
Admito que, en ciertos momentos de bajón, también me he preguntado por qué perder el tiempo intentando escribir libros, si después la gente prefiere plantarse ante una pantalla para ver una serie o una película antes de aventurarse a leer cualquier cosa escrita que tenga más de dos páginas.
Netflix, o el mundo a tus pies
A estas alturas todos tenemos claro en qué consisten los servicios de streaming que tan populares se han hecho, y Netflix es, a día de hoy, uno de los más destacados. En esta plataforma puedes encontrar un extenso catálogo de series, películas y documentales que puedes ver en cualquier momento, y a tu ritmo.
Sí, las series molan
Sin duda, hay cosas muy buenas presentes en las series de hoy día: cuentan con un alto poder de seducción y enganche, crean personajes memorables, generan interés, aportan buenas actuaciones de sus actrices y actores, y en muchos casos su factura técnica es impecable…
A mí, como a tantos otros, Netflix me ayudó a pasar un solitario confinamiento… para qué negarlo; pero también las lecturas que me acompañaron durante aquellos días inciertos fueron un alivio.
Confieso que nunca había consumido tanto contenido audiovisual hasta que Netflix llegó a mi televisor. Y no uso la expresión ‘consumir’ por accidente, sino de manera totalmente premeditada.
Porque a veces tengo la sensación de que ya no miramos las series: las consumimos. Es así, consumimos series de forma voraz. Es la rueda que no para; cuando terminas con un determinado capítulo, la propia interfaz de usuario te anima a empezar de inmediato el siguiente, lo que te incita a seguir querer viendo más y más. Es como una droga.
Y encima, Netflix, y el resto de compañías de servicio en streaming, no dejan de añadir nuevo contenido a sus catálogos, con lo que nunca encuentras el momento de parar.
“Yo me la paso hablando de las series con espanto porque la gente no se da cuenta de que son un retroceso (…) Las series nos han devuelto a la novela del siglo XIX. Es fruto del momento conservador que estamos viviendo. Se arriesga menos”.
Lucrecia Martell
Vivimos inmersos en una época de colonización visual abrumadora, y en definitiva, parece que estas plataformas de pago se han convertido en suministradores de productos de consumo rápido creados con el único fin de tenernos absortos frente a las pantallas como forma de evasión. En mi última novela, Donde los ángeles lloran, aparece este tema como una nueva forma de dominación.
Muchas series y tan poca vida
Haz balance y quizás acudan a tu mente algunas de esas series que te han robado mucho tiempo, y que casi todo el mundo opina que son lo más, y plantéate si en el fondo ese fervor no ha nacido de la insistencia de unas campañas publicitarias muy potentes, o a una corriente de moda, sin más. Aunque sí, esto también ocurre en el mundo de la literatura con muchos bestsellers.
Un ejemplo: el visionado completo de la serie Breaking Bad (serie que me encantó) supone unas cien horas de nuestras vidas. Cien horas que te dan para leer algunas de las grandes obras de la literatura, como El Quijote, Ana Karenina, incluso intercaladas, si quieres, con otras lecturas más ligeras. No te voy a decir que cambies lo uno por lo otro, pero piénsalo al menos un momento.
Pero yo… me estoy quitando
Bueno, en realidad, no; lo que digo es falso. No me estoy quitando de nada, porque resulta que me gusta ver series. También he sucumbido, y hay un puñado de series que me chiflan. Es cierto que en estos días no lo hago de un modo compulsivo, pero no es raro que dedique algo menos de una hora al día, por lo general después de cenar, a ver algún capítulo de la serie de turno. Es algo que me relaja y me ayuda a desconectar. Y la verdad, no veo nada malo en ello.
Sin embargo, retorno al principio, hay quien piensa que todo aquello que sale de la televisión es pura basura, aunque no dejo de percibir ahí cierto tufo elitista de aquellos que, por el motivo que sea, se creen que están en un nivel superior al del resto de mortales.
Leer es mejor que ver series
Lo de arriba no es más que un titular; algunas cuestiones son difíciles de medir, y yo me veo incapaz de decirte en términos absolutos si es mejor ver series o leer libros. Pero, ¿y si la ciencia nos puede arrojar algo de luz sobre este tema?
Alejandro Gamero, en La piedra de Sísifo, escribió un interesante artículo, que te animo a leer, sobre si es mejor leer libros o ver series de televisión conforme a dos estudios científicos realizados a un determinado grupo de 276 niños, por un lado, y otro de estudiantes lectores a los que se les ofreció leer la obra Pompeya de Robert Harris.
Pues bien, resulta que en el primero de esos estudios se comprobó, entre otros datos, que cuantas más horas pasaban los niños frente al televisor, más disminuía su capacidad de razonamiento verbal.
En el segundo, apreciaron que los lectores de la novela de Harris habían visto aumentada la conectividad de aquellas partes de sus cerebros relacionadas con el lenguaje, además de experimentar una mayor actividad en la región sensorial.
Qué más dice la ciencia…
Otro estudio reveló que leer un libro antes de ir a dormir es mejor que ver una serie o una película de Netflix.
Un grupo de científicos realizó un estudio en el demostraron los efectos negativos de ver la televisión antes de dormir, por lo que dedujeron que leer libros es un acto mucho más beneficioso para nuestra salud.
Por lo visto, la alta exposición a las pantallas a la que sometemos nuestra vista no es nada positiva, y por ello, es aconsejable leer un libro antes de ir a dormir para, de esta forma, disminuir el nivel de exposición a las pantallas.
Y uno más; porque esto no acaba aquí. Una investigación publicada en la revista British Journal of Sports Medicine afirma que dedicar una media de seis horas al día a la televisión podría acortar tu esperanza de vida en cinco años. Así que, si quieres vivir muchos años, piénsalo antes de apoltronarte en el sofá.
Para ti y para mí: leer es bueno
Y es que, como ya te conté en este POST, los beneficios de la lectura son muchos, entre ellos:
- Al leer ejercitas el cerebro: sí, lo mantienes activo y eso contribuye a retrasar tu deterioro cognitivo. ¿Sabías que si lees se reducen las posibilidades de que en el futuro padezcas Alzheimer?
- Leer relaja; y mucho. Tan solo unos minutos al día de lectura pueden contribuir a reducir tus niveles de estrés en un alto grado.
- La lectura te hace más empático, lo que te ayuda a comprender mejor las emociones humanas, propias y ajenas.
- Leer te engancha a la vida: te lo dije en ese post que he mencionado unas líneas más arriba, hoy día casi todo es inmediato, efímero, y en muchos casos vacuo. No sabemos esperar. Somos impacientes por naturaleza. Lo queremos todo, y lo queremos ya: deseos de usar y tirar. Leer es lo contrario a todo eso, y si me apuras, en ocasiones incluso un buen libro (uno que lo sea para ti) hasta puede cambiarte la vida.
Entonces, ¿mejor Netflix o leer libros?
Pienso que no hay que demonizar uno u otro formato. Deben coexistir, y en cualquier caso, no son excluyentes. Libros y series pueden nutrirse (y nutrirte) mutuamente. Que las series están en parte sustituyendo a los libros en nuestros hábitos culturales creo que es una parte cierta de la realidad.
En mi caso, si me obligaran a elegir entre libros o series de televisión, me quedaría con los libros; seguro. Esa sería mi elección, pero estoy segura de que echaría de menos no poder ver series.
Bajo mi punto de vista, de los libros, y las obras literarias en particular, emergen multitud de lecturas distintas y capaces de ofrecernos las llaves del conocimiento del mundo, esas que incluso nos dan la posibilidad de pensar (y re-pensar) quiénes somos y qué lugar ocupamos en el tiempo que nos ha tocado vivir.
Así que lo tengo claro, y frente a la experiencia veloz, efectista y fugaz de un capítulo de una serie prefiero quedarme con la intensidad de una página escrita dentro de un libro. Piensa en alguna de esas buenas series que viste hace ya algunos años.
¿Recuerdas al completo lo que sucedía en la serie?
No lo creo. En cambio, las buenas historias de los libros se pegan a ti durante mucho tiempo. A veces, durante toda una vida, y eso… no tiene precio.
La manera en que se interactúa con los libros y con la televisión es muy distinta: no interactuamos del mismo modo con un libro que frente a nuestro televisor. Sentarte frente al televisor a ver tu serie favorita supone pasividad; te apalancas, y ante tus ojos no paras de recibir información. Y sí, esto no es malo: a veces al final de un duro día eso es justo lo que necesitamos. Los libros exigen tu atención y poner los sentidos alerta, tú debes poner de tu parte. Aquí tu imaginación y tus ideas tienen algo que decir.
Creo que dentro de los libros hay una libertad crítica que es difícil de encontrar en las series de televisión, salvo algunas excepciones. Al fin y al cabo, las series están al servicio del mercado, del dinero que las financia y de las modas. Me temo que no hallarás en ellas una crítica profunda contra la mano que les da de comer.
Pero todo esto es solo es una opinión; a mí no me hagas mucho caso. Tú sabrás cuáles son tus preferencias, y a mí me parecen correctas. Además, y ya te lo he dicho antes, a mí también me chiflan algunas series de televisión.
Ahora, si te apetece, es tu turno:
¿Tú eres más de serios o de libros?
Casi me olvido: igual eres de esas personas que quieren leer más, pero no encuentras tiempo para hacerlo. No te preocupes, tiene remedio. Los audiolibros son la solución. Con AUDIBLE accederás a miles de libros y podcast que podrás escuchar a tu ritmo donde quieras y cuando quieras. Comienza en el enlace que pongo a continuación el periodo de prueba y verás.
Audible: miles de audiolibros y contenido exclusivo
Hasta la próxima.
Imágenes: Portada de mohamed Hassan en Pixabay; 1 de Tumisu en Pixabay; 2 de Free-Photos en Pixabay: 3 de succo en Pixabay;
28 octubre, 2021
«Hoy día si no ves series no existes. Estás demodé; y lo sabes… piensa en cuantas conversaciones te pierdes cuando no puedes comentar con los demás la serie de moda, esa que nadie quiere dejar de lado. Está claro: ver series mola más que leer.»
He leído tu artículo pero he de decir que no me ha gustado esa parte del principio lo de que si no ves series no existes. No veo series y si existo y lo de estar de moda no me importa, me importa más dedicar mi tiempo a cosas productivas. Ya que viendo series perdía mucho tiempo. Y a algunos leer nos gusta más que ver series.
Pienso que entras en contradicción porque al final dices q prefieres leer sin embargo al principio pones q mola más ver series.
Por lo demás me parece un buen artículo. Gracias.
28 octubre, 2021
Tiffany, gracias por comentar. El título y el inicio del artículo están planteados con ironía… para llegar al final que propongo. Un saludo, y que la lectura te siga pareciendo siempre gratificante.