Nadie se libra: incluso los escritores afamados han sido golpeados por malas críticas en alguna ocasión. Sí; te lo juro. Así que, imagínate, si a los más grandes les ha ocurrido, qué podemos esperar los demás, escritores de lo pequeño desconocidos para el público y la crítica del mainstream.
Venga, va. Ahora en serio. Te voy confesar dos situaciones que casi todos los escritores tememos muchísimo: la página en blanco, y las valoraciones y críticas negativas de cualquiera de nuestras obras.
Sobre las críticas negativas, te diré que nos provocan terror.
Porque en unas cuantas líneas una crítica negativa puede destrozar aquello que tanto esfuerzo te ha costado: tu obra querida; esa que un día decidiste poner en manos de los lectores y, a la par, de aquellos otros cuya función es opinar sobre las obras que escriben otros.
Y créeme, una mala crítica duele.
Mucho.
Admito que mi corazoncito sufre con una simple valoración negativa, tenga o no fundamento (todavía me provoca cierta aprensión la primera valoración negativa que recibí sobre mi primera novela, La guarida de Sísifo), así que no te digo nada sobre lo lacerante que puede resultar una mala crítica.
Pero lo cierto es que…
Las críticas solo duelen hasta que aprendes a valorar en su justa medida tanto las buenas como las malas, y en última instancia, a tomarlas como una forma más de aprendizaje en tu andadura; incluso, puedes tomar una mala crítica con humor. Eso es muy bueno.
Si algo está muy claro es que no puedes (ni debes) gustarle a todo el mundo; ni siquiera a la mayoría, así que al final todo es cuestión de perspectiva.
La labor del crítico literario
En teoría, la labor del crítico literario consiste en transmitir opiniones fundamentadas sobre las obras literarias que servirán de orientación al público. Hasta aquí todo bien. Sin embargo,
¿Son siempre fiables las opiniones de estos expertos de la crítica?
¿Eres de los que piensan que su parecer define la calidad literaria de una obra?
En mi opinión no, y voy a tratar de motivarlo. Resulta que a lo largo de la historia incluso los críticos más respetados han errado en sus opiniones, y son muchos los escritores afamados que han sido vapuleados por alguna mala crítica, hasta el punto de que, si hubiese dependido de alguno de esos críticos, algunas de las grandes obras de la literatura quizás nunca hubieran llegado a los lectores de todo el mundo.
Lolita, de Vladimir Nabokov; Ulises de James Joyce; Por quién doblan las campanas, de Ernest Hemingway; El gran Gastby, de F. Scott. Fitzgerald; A sangre fría, de Truman Capote o De ratones y hombres, de John Steinbeck son solo algunos ejemplos de lo que te cuento.
La fantástica Ana Karenina de León Tolstói, sin duda una de las grandes obras de la literatura universal, llegó a tacharse en su momento de “basura sentimental”. Ya lo ves, incluso este genio único se llevó sus malas críticas por una de sus más afamadas obras.
¿No te parece de locos?
Concretemos, que esto se pone divertido, y veamos como los críticos literarios patinaron, y mucho, con algunas magníficas obras de la literatura que seguro ya conoces.
Ni ellos se libraron del varapalo de las malas críticas
GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ (Cien años de soledad)
Ni siquiera Gabo, premio Nobel de Literatura en 1982, se libró de algunas malas críticas sobre su obra inmortal. Pese a ello, Cien años de soledad ha supuesto un antes y un después en la historia de la literatura hispanoamericana y universal. De ella Pablo Neruda llegó a decir que “es el Quijote de nuestro tiempo”.
“Parece ser un lugar común considerar ‘Cien años de soledad’ una obra maestra. Este hecho me parece absolutamente ridículo. (…) Los personajes son todos mecanismos inventados –a veces con espléndida maestría– por un guionista: tienen todos los ‘tics’ demagógicos destinados al éxito particular; (…) Márquez es sin duda un fascinante burlón, y tan cierto es ello que los tontos han caído todos”.
Pier Paolo Pasolini, director de cine. Revista Tempo (1973)
“Gabito: ¿No se te hace raro que en Macondo muchas cosas no tengan nombre pero las personas sí? Y para colmo con grado militar. En un mundo tan primitivo, Gabito, tan recién bañado por el primer aguacero cual es el caso de Macondo, ¿de dónde salió la jerarquía militar?”.
Fernando Vallejo, escritor. «Cursillo de orientación ideológica para García Márquez», en El Malpensante.
“Es una obra de prodigiosa imaginación pero que no tiene en cuenta a América sino para caricaturizarla a través de su extensa mitología”.
Fernando Soto Aparicio, escritor.
J. D. SALINGER (El guardián entre el centeno)
El guardián entre el centeno, novela de este escritor estadounidense publicada en 1951, hizo a su personaje protagonista, Holden Caulfield todo un icono de rebeldía adolescente convertido en biblia para toda una generación. La obra mostraba el furioso desencanto propio de la juventud. No obstante, tampoco el autor y su obra fueron inmunes a diversas críticas negativas cuando El guardián entre el centeno se publicó.
“A lo largo de las 277 páginas, el lector se cansa se cansa de lo explícito, repetitivo y adolescente del autor, tal y como uno se cansaría del propio Holden. Y finalmente el lector se siente irritado al percibir que no es tan sensible y perceptivo como él, y el propio autor, pensaban que era”.
Anne L. Goodman, en The New Republic (1951)
Ernest Jones, biógrafo de Freud, escribía en The Nation que Salinger se había limitado a registrar lo que todo adolescente ha sentido, por lo que la novela era predecible y aburrida.
Por su parte, el crítico de la revista Catholie World, denunció “el lenguaje soez y rudo de un mero aficionado”, y el de la revista Punch lo tildó de libro sensiblero.
En Times Literary Suplement se dijo de El guardián entre el centeno, que “era un incesante flujo de blasfemias y obscenidades”.
El The Spectator lo tildó de inteligente, humorístico y agudo, si bien reconocía que resultaba insuficiente en cuestiones formales.
Y después de todos estos calificativos, resulta que, todavía hoy, El guardián entre el centeno se considera una de las más influyentes obras del siglo XX.
ALDOUS HUXLEY (Un mundo feliz)
Esta distopía, publicada en el año 1932, es la obra más famosa de Aldous Huxley. Un mundo feliz es quizás la más visionaria de todas las novelas publicadas a lo largo del siglo XX, no exenta de multitud de simbolismos filosóficos.
En ella, Huxley satiriza sobre el desarrollo de la sociedad contemporánea de su época a través de un mundo futuro deshumanizado en el que la sociedad está dividida en un sistema de castas y donde los individuos son creados y alterados genéticamente.
Una gran obra… y sin embargo, tampoco Huxley estuvo a salvo de alguna que otra mala crítica.
“El señor Huxley tiene miedo. Echando la vista atrás en su carrera podemos ver que siempre lo ha tenido, en diversos grados… y se precipita hacia lo panfletario. ‘Un mundo feliz’ es una pieza de propaganda lúgubre y pesada”.
Margaret Cheney Dawson
EMILY BRÖNTE (Cumbres borrascosas)
Publicada en 1847, bajo el seudónimo de Ellis Bell, fue la única novela de Emily Brönte. Esta apasionante obra desborda sensibilidad y una estructura absolutamente innovadora; cuestión que le valió diversas críticas entre sus contemporáneos.
Y pese a ello, en nuestra época podemos afirmar, sin ninguna duda, que esta autora inglesa fue una adelantada a su propio tiempo.
De Cumbres borrascosas llegó a decirse que era una novela “confusa, inconexa e improbable, y cuyos personajes eran primitivos y más brutos que el hombre prehistórico, amén de que se trataba de una obra impropia de haber sido escrita por una mujer”.
Ahí lo dejo. Saca tus propias conclusiones… pero además, algunos críticos demostraron sus dotes adivinatorias con sentencias como estas:
“Contiene todos los defectos de ‘Jane Eyre’, multiplicados por mil, con el único consuelo de que no lo leerán muchos”.
North British Review
Ya lo ves; en este periódico escocés de la época estuvieron sembrados.
MARY SHELLEY (Frankenstein)
La inmortal Frankenstein, fue publicada en 1818, dentro de la tradición de la novela gótica. Esta novela rompedora ha sido considerada como la primera novela de ciencia ficción moderna.
Trató temas muy relevantes, tales como la obsesión humana, la moral y la ética científica, o la creación y destrucción de la vida, y ni siquiera con esta inmejorable carta de presentación pudo eludir algunas críticas negativas.
Como muestra, nos encontramos ante desfavorable opinión centrada en el hecho de que la autora fuera mujer:
“El escritor de este libro es, entendemos, una mujer; esto es un agravante de lo que es el fallo principal de la novela. Aunque nuestra autora puede olvidar la dulzura de su sexo, nosotros no tenemos por qué hacer lo mismo; y por lo tanto, descartaremos la novela sin más comentarios”
The British Critic
En conclusión, y a tenor de lo expuesto, diría que una mala crítica no define la calidad literaria de una obra y, en cualquier caso, que nunca sea la opinión de los críticos expertos la que te lleve a decidir si una obra merece la pena o no.
Así que, si me permites una sugerencia, lee siempre lo que tu instinto te dicte, y luego, saca tus propias conclusiones.
¿Y tú qué opinas?
¿Sabías que estos escritores afamados también habían sido golpeados por las malas críticas?