Hoy vengo a contarte que estamos de estreno, porque ayer publiqué Donde los ángeles lloran, mi nueva novela que ya puedes encontrar en Amazon.
Qué puedo decirte, estoy contenta, mucho; aunque la sensación de terminar un proyecto en el que te has enfrascado durante meses siempre es agridulce.
Cuando terminas tu novela, se produce una extraña mezcla de tristeza y alegría, difícil de explicar. Y ocurre siempre.
Decía Almudena Grandes, que «Toda novela es producto de una larga serie de naufragios», y es posible que tenga razón, porque dentro de las historias que encuentras en las novelas siempre quedan atrapadas de algún modo todas esas experiencias y emociones (y no siempre buenas) que nos han acompañado a los escritores durante el proceso de creación.
Más o menos la cosa funciona así:
Empiezas a escribir tu novela y es una alegría, lo que hace que te embarques con verdadera emoción.
Luego, desarrollarla es un dolor y supone auténticos quebraderos de cabeza. Y quizás entre medias incluso la vida te pase por encima. También supone cientos de dudas; esas nunca fallan.
Terminarla implica ya una extraña mezcla de emociones, que como te contaba antes, son difíciles de explicar, pero entre ellas prevalece una tristeza inenarrable que se te queda ahí pegada y que no te quitas de encima por más que te sacudas.
Porque hay que comenzar a decirle adiós a esa historia que has ido tejiendo y que ha estado en tu cabeza durante mucho tiempo. Y claro, cuesta.
Y también, cómo no, sientes pena por dejar a esos personajes que ya forman parte de ti. No en vano, mientras escribes, ellos han llegado a saber incluso más que tú sobre la historia que te traías entre manos.
Ahora, cuesta soltarlos.
Empecé a escribir mi primera novela, La guarida de Sísifo, a finales de 2015. Bien, creo que desde entonces, podría narrarte mi vida según el tiempo de escritura de mis novelas. Hasta puedo recordar, en algunos casos, qué me ocurrió o que sentí el día que escribí un párrafo concreto.
¿No te parece curioso?
Pero ahora estamos en otra fase: es el momento de dejar ir la historia. Y ahí llegan la incertidumbre y los miedos que supone exponer toda creación.
Donde los ángeles lloran es ya tu historia
Esta es la parte buena. La que me da alegría. Y ojalá haya suerte, y te guste. La he escrito para ti, y nada me gustaría más que lograr que se cuele en tu interior, como ya lo ha hecho en mí.
Lo habré hecho bien si consigo que esta novela te atrape desde sus primeras páginas para no soltarte hasta el final. También puede ser que lo haya hecho fatal; si es así, procuraré hacerlo mejor la próxima ocasión. Recuerda que el aprendizaje nunca termina.
Pero, ¿qué vas a encontrar en esta novela?
Donde los ángeles lloran, es una novela negra donde la protagonista busca justicia. Negra, en cuanto a su trama; pero también respecto al escenario, pues la historia discurre en un futuro no muy lejano, y en cierta manera reconocible, me temo, y en el que ese escenario es muy importante.
Aquí tienes el resumen:
«Madrid, 2055. A Mireia Coch todos la querían, pero ahora está muerta. La han asesinado, y una pregunta se cierne en el aire:
¿Quién ha matado a Mireia Coch?
Su hermana Ariadna, con la ayuda de un buscavidas y un viejo inspector de la GUCO, solo tiene ocho días para dar con la verdad. El tiempo y las normas del mundo en el que habitan juegan en su contra. Y por eso, con el telón de fondo de una sociedad sometida y manipulada, buscar justicia para Mireia significará, además, su redención.
Secretos y mentiras en torno a un asesinato en esta inquietante interpretación futurista que critica de manera feroz los totalitarismos y la imposición de un pensamiento único como forma de ver el mundo».
¿Quieres ver el booktrailer?
Y no quiero contarte nada más. Me gustaría que lo descubrieses tú.
¿Te atreves?
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